Madrid lleva el Olimpismo en sus genes
"Madrid lleva el olimpismo en su código genético, y no sólo por su sentido previsor, sino porque refleja la voluntad de una sociedad entera que desea ser olímpica". Así expresó el alcalde de la ciudad, Alberto Ruiz-Gallardón, el anhelo de todos por albergar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, así como la razón para entender el altísimo apoyo popular e institucional. Tras dar la bienvenida a los miembros de la Comisión de Evaluación del Comité Olímpico Internacional (CIO), recordó que la capital lleva desde hace un decenio reservando suelo para las infraestructuras olímpicas, desplegando una incesante actividad en la convocatoria de competiciones de alto nivel y que todo el proceso de renovación de la ciudad ha estado orientado a este fin.
Madrid lleva años trabajando y soñando con los Juegos Olímpicos. Y apuntó que esos dos elementos, trabajo y sueño, esfuerzo e ilusión, "están en nuestro caso tan estrechamente ligados que forman parte de nuestra forma de ser". Añadió que el hecho de que se aspire por segunda vez a organizar los Juegos es significativo porque implica tenacidad, solvencia, impulso, constancia y capacidad de compromiso y de conciliar entusiasmo. "Significa", concluyó, que "somos fiables, que entendemos en qué consiste el espíritu olímpico".
Pidió al CIO la oportunidad de desarrollar la vocación olímpica de la sociedad y lanzó un compromiso: "No defraudaremos". Con el respaldo del trabajo realizado, Ruiz-Gallardón aseguró que "podemos ofrecer unos Juegos no sólo brillantes y eficaces, sino también cercanos y con alma". Garantizó también que la ciudad entera, aunque cuenta con un modelo compacto por lo que se refiere a las zonas de competición, "estará tan entregada que toda ella será una Villa Olímpica".
Juegos de las Personas
Apeló a los valores del Olimpismo, tan esenciales en estos tiempos de incertidumbre. En ese sentido, subrayó que "trabajamos para conseguir unos Juegos a escala humana, unos Juegos de las Personas, porque creemos en un mundo en el que éstas vuelvan a ser dueñas de su destino". Y para defender que Madrid puede ofrecer unos Juegos que consoliden el prestigio del Movimiento Olímpico y reafirmen su valor y necesidad, Ruiz-Gallardón se apoyó en la siguiente cita de Pierre de Coubertin: "Cara a cara, con un mundo nuevo que hay que ordenar según principios considerados hasta ahora como utópicos y transformados en aplicables, la humanidad debe recoger en la herencia del pasado todas las fuerzas susceptibles de ser empleadas para construir el futuro. El Olimpismo es una de ellas".
Aseguró que "en Madrid amamos mucho el deporte, pero amamos aún más el Olimpismo, por lo que éste entraña de encuentro entre los pueblos y de contribución a un mundo mejor, más pacífico, razonable y sostenible". Modernizar la ciudad y dotarla de infraestructuras olímpicas no es suficiente, señaló Ruiz-Gallardón, "lo que queremos es que la cita olímpica les de sentido". "Queremos", prosiguió, "que esos avances estén al servicio de una manera de entender el progreso y que tenga un significado para las generaciones futuras".
El alcalde cerró su intervención prometiendo que si "confían en nosotros, esa visión perdurará durante todo el siglo, dejando un legado de sensibilidad, progreso y solidaridad, que lucirá sin apagarse, igual que la llama olímpica".